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La versione italiana

Io ho sempre considerato marcia la politica. La destra e la sinistra erano ormai diventate degli ideali che si potevano solo studiare nei libri di storia. Per entrare in politica non hai bisogno di conoscere la storia o un minimo di educazione civica, ci devi solo provare e sperare in una botta di culo. Ho sempre trovato la maggior parte della gente che fa politica molto confusa sui propri ideali. Per farsi votare non ti promettono un piano concreto per migliorare il sistema sanitario o per completare le varie opere pubbliche che in quel momento sono masse di cemento. In cambio di un voto, ti promettono un posto di lavoro che molto probabilmente non ti meriti. Ti promettono un posto da infermiere nonostante non hai mai preso in mano una siringa o un posto di professore di fisica solo perché ti sei laureato comprando un chilo di materie al Cepu. Chi fa politica aspira semplicemente a quel vitalizio che spetta ai parlamentari dopo soli 5 anni di legislatura; mentre se sei un comune lavoratore devi versare 40 anni di contributi per ottenerlo. Ti darebbero anche la propria madre per farti le pulizie in casa per un anno in cambio di un voto, ti salutano per strada sorridenti come se fossi il loro migliore amico durante la campagna elettorale. La maggior parte non ha mai letto un libro, si insultano tra di loro quando appartengono a partiti diversi ma poi si alleano, sono quasi sempre fisicamente bruttini, sudano tanto, parlano male la propria lingua ma lo dissimulano bene perché hanno inventato parole come gogol e la gente le prende per buone solo perché le hanno dette loro, guadagnano un sacco di soldi ma se si ritrovano in un banchetto con cibo gratuito si riempiono le tasche di biscotti e tartine, non conoscono la costituzione, non conoscono le lingue straniere, conoscono solo l’inno nazionale da cantare durante le celebrazioni per qualche festa commemorativa con la mano sul cuore per leccare il culo agli elettori, fanno finta di essere religiosi per lo stesso motivo, sono oggettivamente antipatici, dicono le parolacce in televisione e nonostante sia patetico dirlo sono facilmente corrompibili. Fondamentalmente mi stanno tutti sul cazzo.

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La versión española

¡Odio la política actual! He considerado siempre podrida la política actual. La derecha y la izquierda habían creado ideales que se podían estudiar solo en los libros de historia. Para entrar en el podrido mundo de la política no se necesita conocer la historia o un minino de educación cívica, solo hay que intentarlo esperando que te llegue un momento de suerte o más sencillamente un enchufe en algún partido. Siempre me ha parecido que la mayoría de la gente que hace política está muy confundida sobre sus propios ideales. Para que les votes no te prometen un plan concreto para mejorar el sistema sanitario o para acabar todas las obras públicas que en aquel momento son un montón de cemento. No, a cambio de ese voto, te prometen una plaza para un trabajo que muy probablemente ni siquiera te mereces. Te prometen una plaza de enfermera a pesar de no haber nunca sujetado una jeringuilla o una plaza de profesor solo porque conseguiste acabar tu carrera que has comprado en alguna universidad privada de dudosa calidad académica. Quien hace política aspira simplemente a aquel sueldo vitalicio que le corresponde a los parlamentarios tras solo 5 míseros años de legislatura; mientras que si eres un currante común te toca cotizar a la Seguridad Social durante 40 años para conseguirlo. Te entregarían incluso a sus propias madres para que te limpiaran el piso durante un año a cambio de un voto, te saludan por la calle sonrientes como si fueras su mejor amigo durante una campaña electoral. La mayoría no se han leído ni un libro, se insultan entre ellos cuando pertenecen a diferentes partidos y sin embargo luego se unen, son casi siempre físicamente bastante feos, sudan mucho, hablan mal su propio idioma pero lo saben disimular bien porque se inventan palabras que se convierten en uso común solo porque las han dicho ellos, ganan un montón de dinero pero si acuden a un banquete con comida gratis se llenan los bolsillos de galletas y canapés, no conocen la constitución que defienden solo porque les toca, no saben otros idiomas, conocen solo el himno nacional que cantan durante las celebraciones de algunas fiestas conmemorativas con la mano en el corazón para hacer la pelota a los electores, aparentan ser religiosos para el mismo motivo, y sin embargo la mayoría están divorciados o se van públicamente de putas, son objetivamente antipáticos, dicen vulgaridades en la tele y aunque suene patético solo con decirlo, se dejan corromper fácilmente. En el fondo me caen todos mal.

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